¿Bienvenido Mr. Marshall-Sands?


Antes de que sea demasiado tarde, un intento de reflexión acerca de Eurovegas.
Cuando la situación economica está como está, bueno es tratar de salir del hoyo.

Siempre que escasea la tesorería acecha la tentación de tirar de tarjeta de crédito, estirar más el brazo que la manga  o  vender tu cuerpo aunque  sólo  sea por una vez. Todo muy comprensible.
Sin embargo, un mínimo de sensatez  dice que no hagas hoy aquello de lo que te puedas arrepentir mañana. La necesidad en  ocasiones nos hace perder de vista el posicionamiento estratégico.
El producto Las Vegas nada tiene que ver con la cultura europea. Y menos aún con el "seny català"
(característica que dicen presentamos los catalanes referiéndose a algo parecido a la moderación y la sensatez).
Todo es exceso y falta de mesura.
Una colonizacion cultural que no debiéramos consentir, ni siquiera para  nuestros vecinos madrileños.

Cuando me casé, se estilaba el viaje de luna de miel a los EEUU.
El nuestro incluyó una noche en las Vegas...
Nos ofrecieron  una"honey moon room". Los detalles del decorado los cuento sólo en la intimidad.
El hotel en cuestión no tenía ventanas al exterior. Dos eran los motivos. Sin luz solar es más fácil olvidarse de las horas que uno podia llevar jugando. Y el otro, la imposibilidad física de lanzarse al vacío.
Suena terrible pero es así.

Por todas partes máquinas y mesas de juego. No se me olvida el  aspecto de una señora entradita en años, con vaso de coca cola gigante - de esos que te dan en el cine- repleto de monedas. Ataviada con   rulos, rejilla y  boatiné , lanzaba una y otra vez moneditas al tragaperras. Con ritmo constante y movimientos automatizados -sin apenas mirar-  acertaba a colocar en la ranura. Lo intentaba una y otra vez mientras sonaba una melodía renqueante metálica  y reiterativa.
De tanto en cuanto : ¡bingo! , reponía el vaso de monedas y volvía a empezar.

Mi recién estrenado marido decidió probar suerte.
Con  sangre fría y sin darle demasiada importancia, se sentó en la mesa del black jack . Ganó lo suficiente como para pudiéramos continuar holgadamente nuestro periplo por el desierto de Arizona. Se supo retirar a tiempo. Nada fácil cuando has entrado en racha!!

Felices, tomamos la carretera.
A medida que nos alejábamos del centro de la ciudad, aparecían casas de empeños, cementerios de coches y numerosos carteles con teléfonos de atención para suicidas
La verdad, se nos atragantaron los dólares extras...

La crisis económica actual requiere andar con pies de plomo.
Las aventuras empresariales de esta índole son más pan para hoy, hambre para mañana..Si es que logran ser rentables.

Tal vez la incapacidad crediticia de los bancos impida lo peor.
El único  crecimiento  sostenible es el procedente de la creatividad y el trabajo bien hecho, no del azar y los negocios de oscura procedencia.

Algunas conclusiones procedentes de los EEUU...Una lectura muy ilustrativa para el que quiera más datos




Por cierto , no encuentro melodía que amenice el post.
¿Sugerencias?

Mi amiga Mónica me propone "The Gambler". Acertadísima elección. Mil gracias.



Comentarios

  1. Angelita, me ha ENCANTADO este post tuyo, no hay palabra para describirlo. Reproduzco aquí una frase del Profesor del IESE Santiago Alvarez de Mon, cogido del prólogo que hace a mi libro y creo que aquí, encaja como un guante... "La estandarización y vulgarización es una siniestra tentación a la que se entregan las sociedades menos cultivadas". Por cierto, la música que recomiendo para un post así, es la del silencio, para la reflexión va bien.
    Estoy esperando tu libro, Angelita. Un fuerte abrazo, Catherine L'Ecuyer

    ResponderEliminar
  2. Gracias Catherine!!
    El silencio me parece la atmósfera más idónea para la reflexión y la rectificación. Buena sugerencia

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares