Resitiré



La cuesta de enero se me ha atragantado del todo.
Y la culpa la tiene Artur Mas.
El 9 de enero el president en funcions se ofrecía en rueda de prensa como víctima propiciatoria del "procés". Según decía, se sentía obligado por  el mandato que el pueblo catalán  le había dado con el compromiso hacia la independencia...Afirmó que su renuncia era la respuesta a la confianza de ¡7.000.000 de catalanes!
Tal declaración numérica en concreto me trastornó , "em va sacsejar", por absolutamente falsa. ¡Con qué ligereza se suman voluntades.. ¡Serán 6.999.999.! La mía -al menos- no cuenta. No apoyo el proceso de ninguna manera. Me inclino en cambio por la interdepencia.
Así que por favor, en orden a la verdad, suplico a su Señoría que revise sus números. Ud y todos los suyos...

Sin embargo no van a conseguir doblegarme.
Estoy perpleja pero no desesperada. Derribada pero no aniquilada.
Y eso que resulta muy difícil mantener el tono positivo
No ayuda ni la economía ni la  crisis siria, ni el paso del tiempo o la sociedad enferma de hedonismo y egoísmo que dejamos a nuestros hijos. Tampoco el ser testigos del inicio de un tercer milenio donde la destrucción de la vida, sobre todo la del más débil, ya no es un hecho bárbaro sino un progreso de la civilización.
La iniquidad parece estar ganando la partida.
He necesitado de una amiga, un cura y mi madre para sonreír.
Mi amiga me ha animado a que deje la preocupación parlamentaria para otro momento. Necesito moderar el calentón para pensar con claridad. El cura  - en catalán por cierto- me ha dicho que hay que rezar para que los planes de Dios- el único estadista de verdad- se cumplan y mi madre, desde su silla de ruedas, me ha recomendado esta canción.
Dosis de esperanza suficiente para continuar.





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