San Chema

...en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad. Amarte y respetarte todos los días de mi vida... 👰💑Chema ha pasado muy mala noche y está muy cansado. Gracias por seguir allí rezando y apoyando. Se agradece mucho!! 🙏😍#tequiero

Esas manos grandes.
Masculinas, sobrias.
La elegancia de un castellano.
Esas manos se han quedado pequeñas para abarcar tanto bueno.
Los frutos de su vida entregada y luminosa necesitarán recogerse a capazos.
Por lo pronto una descendencia que no termina con sus 18 hijos.
Cuantísimos nos sentimos huérfanos de Chema.
Si alguien encarna la paternidad,  es él.
Padre es quien llama a la vida, la mirada que capacita, la determinación con la que anda el camino primero y su compañía siempre.
Padre es quien acoge a los suyos incondicionalmente.
Y padre, muy padre, es quien hace extensivo todo ello a quien se le acerca.

Chema, además, tenía corazón de madre.

Una ternura cercana, delicada, atenta al detalle y siempre, ¡siempre!, en la sombra y desde la más deliciosa discreción.
Un choricero de Cantimpalos exquisito. ¡Sólo Dios puede hacer posible esa combinación!.
Luce sonrisa generosa amplia, llena de franqueza y ternura.
Su risa se oye, suelta y franca.
Una mirada entrañable, abierta.
Sabio y santo.
Acertado en sus consejos. Prudente. Nunca dirá una palabra de más...ni de menos.

Magnánimo. En su casa y en su agenda siempre hay un plato y un hueco para alguien más.
Sea quien sea, sea como sea.

Su espalda es enorme. Ha soportado con fortaleza los palos que le ha dado la vida.
Despedirse de Carmineta, Javier y Monsita para empezar.
Cargar con las dificultades que el devenir de los años le presentaban. Las suyas y las de sus seres queridos.
Aceptar con serenidad los comentarios amargos de quienes le juzgan sin saber ni conocer.

Y ese corpachón enorme ha sabido también agacharse y entender.
A los niños especialmente.
A los suyos y a los de los demás. La chiquillería era bienvenida. Tantas veces los míos y tantos otros han sido acogidos en su cálido regazo.

Un hombre humilde.
Nunca dejaba de atender sinceramente a quien le interpelaba.
Incluso se hacía pequeño con los púberes, los inmaduros. Conversaba sin prejuzgar la debilidad de los espíritus minúsculos mirándolos con esperanza.

Un corazón inacabable. En el que junto con Rosa, sus hijos, su madre Julita y su extensa familia, había sitio para los que tuvimos la dicha ser sus amigos.

Nunca fue un teórico de la perfección. Un histérico del cumplimiento. Fue un hombre fiel a sus amores del cielo y de la tierra. Siempre tuvo tiempo para Dios y para los suyos. Un cristiano al que le lloran también los que no lo son.

"Chema era la bondad en esencia" dijeron durante su funeral.
Estoy de acuerdo.
El próximo 19 de marzo, día del padre, san José tendrá un competidor: San Chema Postigo. Y si no, al tiempo!

Os dejo con la Salve Rociera con la que lo despidieron y ¡seguro! recibieron en la eternidad.

Comentarios

  1. Bonito artículo sobre Chema, una persona íntegra. Felicidades Angelita.

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  2. Yo tambièn pienso que lo veremos (o lo verán sus hijos) en los altares. Para que sea ejemplo.

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  3. Sólo lo conocí de lejos pero me llegó el resplandor de su vida plena y desde que se fué le he pedido que me ayude a ser tan madre como el fue padre!! Creo tb que es un santo!

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