Despedirse a la francesa





Es feo eso de irse sin despedirse.
Lo que ocurre es que no me voy. Sólo me ausento.
Incluso un poco más de lo que viene siendo habitual.
Y las razones no son sólo de la natural necesidad de descanso que todos tenemos.
La principal es la de liberarme del peso de la exigencia bloggera las tardes de agosto.
Parece mentira pero esta obligación que yo misma me he impuesto por más que me guste, también me pesa.
Quiero centrarme en el "Voy a"más que en el "Tengo que".
Y durante estos días quiero acabar ese libro que empecé hace ya un tiempo.
Ojalá pronto os pida ayuda para encontrar quien me lo publique!!!
Feliz descanso.
Os dejo con la buena compañía de Jorge Drexler,
Os aseguro que sus melodías se oirán de fondo en mi casa mientras teclee buscando expresar lo que quiero, tan bien como lo hace él.

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