Historia de un secuestro involuntario


Muchos ya conocéis la historia acerca de la aparición de Rita.

Habíamos hecho todo lo que corresponde hacer en caso de desaparición de un animal. Carteles, redes sociales, anuncios en prensa local, rastreos...
De hecho recibí algunas llamadas diciéndome que la habían visto en una zona alejada de donde vivimos. 
Estuve allí varias veces, gritando su nombre y buscándola. Hablé con los vecinos. Estaban seguros de habérsela cruzado.

Nunca pensé que llegaría a echarla de menos de ese modo.

Reconozco que a medida que avanzaba el calendario, mi esperanza menguaba. Me la imaginaba perdida, apresada, desconcertada, desorientada, mojada, abandonada...

Aun así, como hago con los distintos y más variados avatares de mi vida, recurrí a Dios. Es más, se lo pedí por intercesión de Santa Rita, patrona de las causas imposibles. Mi madre, por su parte, a San Antonio. 
Uno de mis hijos incluso había puesto fecha límite para encontrarla. 
Nuestra fe familiar estaba siendo probada.
Y el cielo se portó. Vaya si lo hizo.
La providencia tiene a veces, más que caminos, vericuetos.
Tuvo que fallar la calefacción y hacer un frío pelón.
Mi hijo mayor ( creo que un día lo dedicaré a hablar sólo de lo sol que es) bajó al cuarto de máquinas para intentar solucionar el tema.
De pronto oí su grito "- Está aquí!! Rita está aquí!-"
Salvando las distancias- enormes, lo sé!- lo que vivimos en aquel momento en casa fue algo parecido a lo deben sentir los afectados tras la liberación de un familiar secuestrado. Con el agravante de que ¡éramos nosotros - sin saberlo, lógicamente - los que la habíamos mantenido encerrada!
15 días metida en un cuarto de baño pequeño del exterior de la casa sin oírla en ningún momento!!
El cuartucho recordaba a un siniestro zulo. 
De no haberla encontrado, en unas horas, además de resto de excrementos, hubiéramos recogido su cadáver.Y nuestra angustia y sentido de culpabilidad probablemente nos hubiera acompañado siempre. 

Si alguien no cree en los milagros, este bien podría valer para devolver la fe a más de uno.
Faltaba una jornada para que se cumpliera el ultimatum de Ignacio. 
Y de repente Rita estaba de nuevo con nosotros, sana, salva, moviendo el rabo y feliz de vernos.
15 días sin comer y bebiendo del inodoro y todavía nos quiere. ¿No es eso por si solo un milagro?


Por cierto, aprovecho este particular escaparate para agradecer la ayuda inestimable de dos grupos de Facebook:
Perros y gatos perdidos/encontrados San Cugat y Rodamons de Rubí
Con una disposición absolutamente desinteresada, se han volcando tratando de ayudarme a recuperar a Rita.
Dirigiros a ellos si, por desgracia, alguna vez os ocurriera y vivís en Barcelona.
Mención especial a mis amigas, y en especial a Geraldine Le Flohic, por su cariño y apoyo demostrado en todo momento.
También al equipo de Veterinarios de la Clinica Veterinaria Mirasol
Mil gracias a todos!!!Os habéis alegrado incluso más que yo con la noticia.
Ah ! Y respecto a los que me llamaron, sé que lo hicieron con la mejor de las voluntades Una correa verde y un perro escapista de la zona parecido a Rita, fueron las causas de la confusión. Gracias también a ellos.

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