Corromper desde la parada del bus
Entiendo que insertar posters en marquesinas en la vía pública sirve como reclamo. Y entiendo que el éxito de cualquier campaña depende de la colocación estratégica de tales reclamos y del acierto en el reparto por distritos, en función del segmento poblacional al que va dirigido.
En una zona de tráfico escolar constante como en la que vivo, colocar anuncios en las paradas de bus con claro contenido erótico entre dos jóvenes, sospecho que tiene por objetivo captar la atención de los transeúntes adolescentes y, ya de paso, empezar a abonar el terreno de curiosidad sexual en los niños y púberes que les suceden, asegurándose audiencia cautiva a futuro.
Todos ellos son público objetivo de la serie Élite. Unos espectadores, naturalmente alterados por su revolución hormonal, a los que es fácil atrapar.
Y eso que, cualquier adulto con dos dedos de frente y algo de conciencia, sabe que a esta edad lo que les conviene es hacer los deberes, practicar deporte, pasear al perro o merendar con sus hermanos. Les conviene aprender un instrumento, leer o ir a ver a sus abuelos. Necesitan desconectar de dispositivos y pasear por el campo o por un parque. Les conviene hacer voluntariado, les hace falta conversaciones interesantes, ser escuchados y escuchar. No les convienen las pantallas. No les conviene la rutina sedentaria y no les hace bien desbaratar su imaginario y su delicada inocencia, camuflada tras granos y flequillos en dudoso equilibro, con escenas e historias de enorme carga erótica capaces de distorsionar su presente y su futuro.
La pornografía no suma -¿quién se atrevería a decir lo contrario?-, salvo las cuentas de las empresas que explotan su enorme habilidad adictiva.
Es una corrupción a menores, que los padres y educadores debemos impedir y que las autoridades deberían evitar impidiendo la proliferación de mensajes de este estilo.
Quisiera saber qué sentido tiene llenar nuestra calles de anuncios de contenido sexual cargado de morbo.
Sufrimos una hipersexualización que está alimentando el imaginario de las futuras generaciones. Se nos ha ido de las manos y¿ no vamos a hacer nada?
Es cierto que parte de la tarea está en casa. Acompañar y formar a nuestros hijos es cansado, pero es lo que nos toca. Sin embargo, contrarrestar a todo esta cultura de hipertrofia sexual, es extenuante y debería ser innecesario.
El pulso con el mundo exterior que se produce en nuestros hogares podría evitarse si nuestros dirigentes ordenaran el espacio público como mínimo de forma neutra, evitando posicionarse con modelos y estilos de vida que nada aportan.
El problema reside en que no hacemos nada o mucho menos de lo que deberíamos. (Y este es un problema mayor que el de las marquesinas).
Somos partícipes del embrutecimiento de la población, sexualizada hasta el hastío.
Es esta una cadena de complicidades -culpable es el creador, el guionista, el financiero, el que publicita, el legislador y el gestor de las ordenanzas municipales...- pero en realidad, mal que nos pese, los mayores responsables somos los que aceptamos este atropello, Nuestra apatía y nuestro silencio nos hace además de cómplices, victimas. ¿Vamos a mirar hacia otro lado y a lamentarnos entre nosotros o vamos a movilizarnos y ejercer nuestros derechos de ciudadanos?
Aquí os dejo un link del ayuntamiento de Barcelona para poder hacer llegar vuestra voz... Yo ya lo he hecho.
https://atencioenlinia.ajuntament.barcelona.cat/fitxa/alta?detail=3549
Os dejo con una canción que me ha inspirado.
Tiene que ver con el amor que despierta un hijo y que nos dispone a todo - todo!- por amor a él. Me encanta
Llevas toda la razón Angelita...Como niño que fui en los años setenta recuerdo de forrma casi traumática las bestialidades de sexo y violencia que insinuaban impunemente las carteleras de los cines de la época más profunda y chirriante del destape y el mal gusto .. en la ruta del autobús escolar veíamos esos engendros fotográficos exhibidos sin pudor ; Aquello vendía y no pensaban precisamente en la inocencia de un niño
ResponderEliminarHola Angelita!
ResponderEliminarYo no los he visto pero toda mi familia está negra con estas imágenes tan inapropiadas y nefastas. Es una lucha constante!!! Sólo doy gracias a Dios por tener hijos ya adultos con opiniones bien formadas. Un abrazo enorme!
Naturalmente voy a firmar y reenviar!