La Navidad de verdad lo ilumina todo


El Belén será sustituido por un paisaje navideño.  Así, sin miramientos, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido dar puerta a una tradición como la del pesebre, rompiendo con una legado cultural vivido en nuestra ciudad desde hace mas de 800 años. 

No entiendo porqué esta vez ningún político saca a relucir la ley de la memoria histórica. No reconocer  la procedencia cristiana de nuestra tierra es una falta de respeto hacia los que nos han precedido. Buen trabajo les costó preservar valores y costumbres que definían la forma de relacionarnos, vivir y festejar.  Parece que desde las instituciones traten de elaborar una narrativa distinta también en lo que respecta al sentido de las celebraciones y olvidar nuestro pasado. Es un relato tamizado por el filtro laicista que pretende reescribir y reinterpretar la realidad toda. 

Nadie puede negar que nuestras casas, nuestra comunidad, nuestro cultura, nuestro lenguaje y costumbres se nutren de raíces cristianas. Está en nuestro ADN, nos guste o no. El aire de familia es el que es y no podemos ocultarlo. 

Mucha creatividad tiene que desarrollarse para buscar "palabros" que pueda intercambiarse y significar algo cuando, por ejemplo, se mencionen y celebren las fiestas de nuestros calendarios plagadas de recuerdos a santos y conmemoraciones religiosas. ¿Cómo llamaran a las noches de los Reyes Mayos, diada de San Jordi, la verbena de San Juan o a La Mercé?¿Qué terminología emplearán cuando mencionen la Sagrada Familia, Santa María del Mar, el Tibidabo o la montaña de Montserrat?

Podemos renegar de nuestros orígenes pero no ignorarlos. Nos configuran. Necesitamos reconocerlos para entenderlos; para entendernos y avanzar. El pueblo sin pasado es un pueblo sin futuro. Tales orígenes han sigo capaces de cimentar una civilización que, con sus luces y sus sombras, nos ha traído hasta aquí. 

Si hablamos de narrativa, nos estamos saltamos el principio del cuento que da sentido a todo lo que somos y, en cambio, pretendamos iniciar un relato colectivo ( y convincente!) sobre el vacío de la sola ideología y el programa político con un mensaje cambiante, enclenque, sensiblero, cortoplacista y francamente desolador.

A mi me encanta Maria Carey y su "All I want for Christmas is you", pero me conmueve hasta la entraña oír entonar a mis hijos y amigos "Los peces en el río " o "Campana sobre campana". Son melodías que resuenan en lo profundo del corazón de quien las escucha y que nos devuelven, casi sin quererlo, esa mirada cargada de esperanza que tuvimos un día y que todavía mantienen los niños. Una mirada que nos sostiene en pie a la mayoría. La de quien confía en que la historia- y mi historia- tiene sentido y acabará bien.

Feliz navidad, queridos lectores.

Os dejo mi villancico de este año. Sólo el amor lo ilumina todo.






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