Barro y gracia
Parece que los que estamos lejos, sigamos lejos. Es difícil hacerse cargo de las cosas desde el cobijo de nuestras casas. Aquí huele a limpio y ocultamos con rapidez los rincones oscuros gracias a brillos navideños de quita y pon. A poco más de 3 horas de donde escribo, en cambio, son muchos los hogares vacíos y sucios. Lo más probable, es que muchos no sepan bien dónde y qué festejar. El barro, el moho, el frío y la humedad ahogan lógicamente los deseos de celebración a los que andáis con botas de barro y procurando soluciones para "tan solo" poder volver a empezar. Probablemente ni se os pase por la cabeza pero los que habéis perdido todo, los que con sábanas rescatabais para la vida a los que la corriente arrastraba a la muerte, los que no dudasteis en arriesgarlo todo por uno, los que seguís adelante, sois ahora luminarias para el mundo. Vuestra grandeza en la fragilidad y desolación absoluta, ha sido sobrecogedora. Habéis mostrado tal dignidad, tal valentía, tal aplomo ...