Si Dios no existe...
“Probablemente Dios no exista, mejor disfruta....”.
¿Y si lo que no existe es el disfrute sin Dios....?.
Si Dios no existe probablemente el goce va acompañado de un inevitable y elevado grado de estrés. Y a eso no se le puede llamar disfrutar. Es más bien ansiedad por agotar las múltiples posibilidades que la vida nos puede presentar.
Si Dios no existe, no se te ocurra deambular bajo un cielo estrellado una noche de verano. Igual te acobardas y deprimes si caes en la cuenta de tu contingencia.
Si Dios no existe, cuántos pensadores de altura han malgastado sus neuronas: Aristóteles, Aquino, Agustín de Hipona, Shakespeare, Cervantes o Tolkien.
Si Dios no existe, y lo bueno se acaba, qué poco bueno es lo bueno.
Si Dios no existe y lo malo puede perpetuarse hasta la fosa final, que fácil resulta la despedida de esta vida.
Si Dios no existe, dependes sólo de la suerte.
Si Dios no existe, la incertidumbre se apodera de ti y lo único que puede librarte de esa asfixia es dejar de pensar.
Si Dios no existe, no te complazcas en la contemplación un niño. Es un viejo en potencia. Un trozo de carne que ha iniciado un camino hacia la desintegración absoluta final.
Si Dios no existe, no hables con un niño. Igual trastoca tus planteamientos con su divina ingenuidad.
Si Dios no existe, mejor no tengas hijos. Desde su nacimiento su destino es el abismo de la nada. Y si los tienes, ojalá no les sobrevivas. Sería una sinrazón insoportable
Si Dios no existe, no te entretengas en contemplar la infinitas formas de los copos de nieve o el intestino de la langosta del desierto. Tanta perfección es fruto del azar. Una azar, eso sí, inteligente y ordenador. Desconozco las combinaciones binarias , terciarias, o derivadas necesarias para que te toque la lotería de Navidad Pues algo más mucho más improbable es, por ejemplo, conseguir una tarde de primavera templada.
Si Dios no existe, los corruptos tendrían la última palabra. Y eso clama la justicia.
Si Dios no existe, el Mesías de Haendel, la Pasión de Bach o el Réquiem de Mozart nunca hubiera sonado y conmovido mi corazón y , el de muchos.
Si Dios no existe, a qué viene la plaza de San Marcos o el Taj Majal. La belleza es una expresión también inútil.
Si Dios no existe, no celebres el cumpleaños ni festejes la Navidad (o el solsticio de invierno, si prefieres) Cómo puedes alegrarte sabiendo que tu goce se acaba quizás en el próximo minuto. Desconoces el día y la hora.
Si Dios no existe, tus palabras de pésame pueden sonar huecas.
Si Dios no existe, la madre Teresa fue una perfecta imbécil.
Tienes motivos para dudar de la existencia de Dios. También tienes motivos para no hacerlo...
Sólo se disfruta de veras, si esta historia tiene un final feliz, si hay un buen más allá. Sólo puedo tratar de ser positivo, si mi existencia tiene sentido en si misma, sea en las condiciones que sea. De lo contrario la sonrisa es una mueca triste y postiza.
Prefiero disfrutar de la vida sabiendo que los que no pueden alegrarse ahora, podrán al menos reiíse después. Me parece como poco, más considerado con los que no han sido agraciados con el capricho de fortuna.
Todos coincidimos en que la muerte nos aguarda a la vuelta de la esquina. Cúal sea el resultado final de este pulso entre la afirmación y la negación de Dios es lo más inquietante : ¿y si tras la puerta estuvieran esperándonos?
Si Dios no existe, relájate tú si puedes.... a mi se me quitan todas las ganas.
La música que me ha acompañado en este post: "La vida es bella" , banda musical de esa gran película
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