Educando Ciudadanos

La impresión que han dado estos últimos días algunos miembros del gobierno es de complacencia difícilmente contenida. Una vez conocida la sentencia del Tribunal Supremo que impide el ejercicio de la objeción de conciencia a las familias en desacuerdo con algunos de los contenidos de la asignatura Educación para la Ciudadanía, parece que entre sonrisas recatadas se les escapa un: “Ya te lo decía yo…””.

Ante esto, a los padres se nos pide reflexión y que asintamos a los postulados que desde el Ministerio de Educación nos ¿proponen? para educar a nuestros hijos como buenos ciudadanos.

Lo que ocurre es que, para sorpresa de unos cuantos, hay a quien le da por discrepar. Por ejemplo, ¡a mí! Hay un principio fundamental que echo de menos entre los valores que, el mencionado Ministerio, promueve: el espíritu de no sometimiento a lo que se considera injusto.

Siento defraudarles, pero en casa procuramos enseñar a los nuestros que no se conformen. Que salgan de su poltrona existencial y se quejen, denuncien, lo que atenta contra sus derechos o los de los demás.

Que sean verdaderamente libres y que nunca se dejen someter a quien pretenda dictaminar sobre sus conciencias.

Nos preocupamos de formarles como hombres y mujeres de criterio preparados para discernir cuando la situación lo requiera .Que aprendan a pensar, en definitiva.

No nos conformamos con educarles para convertirlos en ciudadanos modélicos. Queremos que sean individuos comprometidos al servicio de una sociedad verdaderamente humana.

Somos conscientes de la importancia de animarles a vivir hoy los valores democráticos. Pero el hombre es mucho más que un ser con espíritu democrático. Va antes que los sistemas. Estos no son más que medios para facilitar un orden social. Y ese orden social está al servicio de la persona.

Si un hombre o mujer es una persona íntegra, necesariamente será un buen ciudadano. No a la inversa. Tal vez sea un perfecto contribuyente, un modélico conductor y un voto cautivo, pero no le garantizará que sea alguien de quien fiarse con capacidad para pensar por si mismo

Señores del gobierno, no desoigan a los padres, verdaderos responsables de la implantación del programa del adoctrinamiento diseñado por el Ministerio. Si no, su controvertida asignatura será una teoría y puede que lo único que consigan es que las futuras generaciones crezcan dominadas por el pensamiento unidireccional,cada vez más sumisas y desilusionadas.

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La música que me ha acompañado en este post: "Libre" de Nino Bravo

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