Agonía o alumbramiento

El pasado 3 de junio Rosa vio morir a Carmineta, 22 años, la mayor de sus 18 hijos.

No me gusta hablar de Fe, porque no quiero predisponer mal a los lectores escépticos, dudosos o indefinidos, pero esta vez es necesario hacer una excepción.

"El que se salva sabe , y el que no , no sabe nada" dice el dicho castellano.
Las personas de  Fe  miran la vida como un poco de lejos y, al mismo tiempo, la viven con una totalidad que confunde. Durante estos últimos días lo he comprobado. La despedida de Rosa Y Chema  a su hija era sentida y llena de sentido.
Una intervención quirúrgica, supuestamente sencilla,ha trastocado sus existencias irremediablemente.

He visto a un hombre honrado y confiado, roto por el dolor, pero esperanzado ante el reencuentro eterno con su pequeña hija mayor.
He visto a una madre, agotada , rendida ante la evidencia, sonriendo ante la fatalidad. Rezando y animando a los que se acercaban a consolarla.
He visto santos de corazón abierto. 
He visto una familia enorme, amable, generosa, bienvenida, atenta, sencilla ... acompañándose, sosteniéndose. Repartían Kleenex,  chuches o bocadillos, dependiendo de la edad y necesidad del destinatario.
He visto tres generaciones, agarradas al rosario y sabiéndose en las manos de un Padre bueno, que les quiere bien y  les sostiene  en la desolación de la desgracia irremediable.

El pasillo de la planta UCI cardiovascular del Clínico se ha abarrotado de amigos.
Todas las procedencias y estratos sociales. Todos los colores: Indios, chinos, rusos, congoleños, lituanos. Pijos y pobres. Niños, adolescentes, jóvenes y ancianos.
Todos lloran, ríen y rezan.
Sin querer dar lecciones a nadie, es imposible no aprender con su testimonio.
Es imposible no verles. Demasiada luz en sus vidas.
Vidas escondidas que alumbran a una multitud en tinieblas que boquiabierta observa como aceptan los acontecimientos que se les vienen, con paz que no se improvisa. Una paz que es prestada desde lo alto, fuera del alcance de toda  criatura consciente de su fragilidad y contingencia. 

Algunos de los acompañantes ajenos a la familia Postigo-Pich preguntan qué ocurre. Es la corriente de solidaridad naturalmente establecida entre los que sufren. Lo lamentan, dicen.
De entre esos desconocidos un par de quejas, manifestadas abierta y ostensiblemente, por el gentío que se concentra durante las horas de visita.

El médico anuncia a los padres el fallecimiento de su hija. De inmediato autorizan la total donación de los órganos de ese cuerpo joven todavía caliente. Uno de los del grupo de los quejumbrosos, guarda silencio frente a tal gesto de humanidad.Otro más.

Los santos son incomprendidos en numerosas ocasiones . Y es que  llevar la Fe hasta sus últimas consecuencias supone, entre otras cosas,  tratar de sonreír ante un desgarrón tan irreparable como la perdida de un hijo. Tener paz. Abandonarse.  Seguir ocupándose del resto de realidad que continúa moviéndose y viviendo a tu lado, ignorando el luto de tu alma.

Puede que visto desde la distancia se atreva alguien a juzgar, con escándalo farisaico, tal serenidad no fingida. Olvida ese alguien que el santo no es que se sabe la teoría, sino el que la hace vida, la encarna. Y la esperanza se encarna en la alegría de vivir de esos hombres y mujeres heroicos y cercanos al tiempo.
Su presente más inmediato es su eternidad, como anticipo del cielo , el hoy eterno, un ahora eterno.
Por eso tienen y trasmiten paz.

Kierkegaard  decía “O Dios es el amor, y entonces la situación se hace absoluta: arriesgarlo absolutamente todo por esta única causa , y la felicidad consiste en no tener más que a Dios. O bien Dios no es el amor ¿Y entonces?. Entonces …. mi pérdida es de tal manera infinita, que todo lo que pueda perder ya me es infinitamente indiferente”.

Sólo hay dos caminos para encararse con los zarpazos de nuestra condición limitada y mortal: vivirla con dolores de agonía caminado hacia la nada, o vivirla con igual sufrimiento pero con dolores de parto, alumbrando a la Vida de verdad.
Al final del trayecto, sólo dicotomías: Sentido o sinrazón. Alegría o amargura. Paz o desesperación.

Rosa, Chema:  vuestro dolor es incomprensible pero fecundo, lleno de frutos buenos.
Como vuestros hijos.
Como Carmineta.

Esta es la música que quiero dedicar a la princesa que tenéis  ya en el cielo. Estoy segura que, agradecida, desde allí vela por vosotros.



Comentarios

  1. Queridos Rosa y Chema,

    Esta mañana he tenido la suerte de poder acompañaros en el funeral de vuestra hija. Digo suerte porque nada me había nunca impresionado tanto: vuestro ejemplo de vida, vuestro testimonio de fe, el sentido de la familia.

    Me ha conmovido profundamente y me ha hecho replantearme mi vida de fe, mi vida en familia. Querría ser como vosotros, como Carmina.

    Gracias Carmina!

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  2. Gracias Rosa y Chema por vuestra "princesa"...desde lo Alto, acompañada del Gran Rey y de la Gran Reina, dará gracias por haberos tenido como padres y como maestros de su camino hacia el Cielo
    ¡a mí también me gustaría ser como vosotros y como vuestra Carmina¡

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  3. Que tranquila ha debido de traspasar el umbral de la vida, seguro que ella sabia que dejaba paz , amor y esperanza. No la conocí, ni tampoco a su familia, pero me ha emocionado leer tu post y el de su amigo Jaume.

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  4. Rosa y Chema. Hasta los que os conocemos estamos reflexionando sobre cual es el secreto de tanta paz y tanta fe en un momento ante el que la mayoría de la humanidad sucumbiría ante el dolor. Y al final lo que concluimos es que la actitud de vuestra familia estos días no es algo que se improvise, estabais tal como sois, familia de fe, convencidos y demostrando que sabéis que Dios sabe más que nosotros y entregados a El. Sabed que los frutos de vuestro ejemplo ya se están dando en todos los que os hemos visto. Gracias a toda la familia. Izas

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  5. El otro día fui a vuestra casa a corresponder con justicia por lo que sé habéis rezado por mi hijo. Entré temblando porque no sabia bien lo que me iba a encontrar ( se nota que os conozco poco) y cuando salí, sin palabras y con una paz poco frecuente en mi animo, escribí a mis amigas que yo quería vuestra fé, queria que mis hijos fueran como los vuestros. El funeral del día siguiente sirvió para acabar de darme la vuelta como a un calcetín. Espero que el Señor me ayude a perseverar en lo que quiero que sea mi vida de fé desde entonces. No sé si me dará tiempo en esta vida a parecerme siquiera a vosotros, pero sabed que Carmineta, a la que no tuve el gusto de conocer en vida, y todos vosotros habeis sido la luz brillante que me ha iluminado el camino que ansiaba encontrar. Cuanto bien nos habeis hecho a tantos. Felicidades por ser como sois,y gracias por todo, os tenemos presentes en nuestras oraciones

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  6. Mil gracias Angelita por estas palabras tan pero tan llenas de sentido. Has plasmado perfectamente a Rosa y a Chema, a los que todos queremos parecernos. ¡¡Que requeteguapa está Carmineta en esa foto!! Yo también tengo la seguridad de que está en el cielo, junto con Javier y Montsita, el premio merecido tras llevar esa enfermedad con alegría y paz, sin quejarse nunca...

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  7. Yo viví este momento como una despedida triunfal!! Como si un Angel hubiera subido directamente al cielo y toda la tierra se hubiera conmovido para hacer una despedida con todos los honores. La naturalidad y la hermosura del velatorio nos dejo mucho que pensar( que momento tan intenso y que alegría!! ), el detalle del Rosario nos dio mucho que reflexionar ( si lo tenemos, no podemos encajonarlo..). Es evidente que la Fam. Postigo Pich nos ha dado un ejemplo, no solo de como vivir sino de como hay que saber morir.
    Es evidente que hay una gracia detrás que hace fácil lo difícil!! Unas palabras muy bonitas Angelita ..

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  8. La verdad es que la marcha al cielo de Carmina,me a dejado "tocada",no se por que se me ha venido a la cabeza ,unas palabras de la JMJ,"estar sin estar es estar mas cerca",esto me parece ,una realidad que por querer de Dios ,todos somos beneficiarios.Junto a la pena, de no tenerte fisicamente ,la seguridad sobrenatural.de notarte mas proxima que nunca,en nuestro dia a dia,tu ayuda y tu intercesion ,en mi vida y en la de muchos es una evidencia,por eso te digo GRACIAS !!!!! Carmina y gracias a tu estupenda familia que una vez mas nos han vuelto a enseñar,la maravilla de una vida ,vivida en Cristiano.

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  9. No tuve la suerte de conocerte en vida ni de conocer a tu familia pero si de asisitir a tu despedida, digo suerte porque todos los que allí estuvimos experimentamos diría lo mismo, qué maravillosa familia, que Fe tan grande, cuanta fortaleza y generosidad, cuanta confianza en el Señor. Para una madre no hay nada peor que el sufrimiento de un hijo, qué sonrisa tenía tu madre segurísima que ya estabas en el Cielo, dónde si no podías estar? Qué elegancia y tranquilidad tu padre, sonriendo a todos seguro también que algún día, cuando Dios lo disponga, os volveréis a encontrar para no separaros ya más. Entré de la mano de una de mis hijas conmovida de pensar tan siquiera en estar en el lugar de tu madre. Pido a Dios una tercera parte de la fortaleza de tu familia, Carmineta, ahora que ya estás en el Cielo no vamos a dejar de pedir que intercedas por nosotros. Salí con las pilas cargadas para un año, solo puedo deciros gracias,gracias, por ese tesoro que nos mostrasteis a todos, por la alegría venciendo a la tristeza. Somos una gran familia para la que sois un ejemplo único e irrepetible. GRACIAS

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