Vidas congeladas



Los japoneses han puesto el grito en el cielo y han obligado a cerrar una pista recreativa de hielo.
No me extraña.
Patinar sobre restos mortales y usar a los pobres peces como elemento decorativo es de muy dudoso gusto.
Una lógica relación de ideas me ha hecho pensar que mucho peor es convivir  con laboratorios que  crionizan a embriones humanos y "seguir patinando" sin decir algo al respecto.
"-¡Mujer!. No me seas exagerada!. Esos fetos no se utilizan como decoración. Son material de investigación-.
La ciencia necesita avanzar!-".

¿Avanzar a costa de utilizar a otros como material de experimentación?. 

Cada uno de estos embriones podría tener nombre, apellido, familia, futuro, una historia única. En lugar de eso se les considera conjunto de células almacenadas  con códigos, mantenidas en  un cautiverio helado a la espera de un veredicto: el de quien decide cuál de ellos es el afortunado al que se le permitirá disfrutar de la dicha de vivir o quién será descartado.

Muchas son las clínicas que esconden tales calabozos fríos e inhumanos. Esos centros se enriquecen, con cifras astronómicas, comerciando con una promesa mentirosa:"Daremos vida"(a costa de privársela a muchos otros).

Me  hago cargo que para unos padres con dificultad para tener hijos la alternativa de la fecundación artificial parece una puerta a la esperanza.
Sin embargo tal oferta está llena de trampas.
Culpo más a los  médicos  y empresarios que están al frente de estos laboratorios que a los progenitores.
El deseo de tener descendencia es tan intenso que puede llegar a nublar la razón, incluso a creer que el fin justifica los medios.

A pesar de eso, creo que hay que atreverse a formularse preguntas que pueden doler ( buscar honradamente la verdad y el sentido último de nuestras decisiones suele incomodar ) pero que siempre acaban en acierto.
¿Qué padre elegiría dar vida a uno de sus hijos y negársela al resto?.
¿Cuáles son los criterios de elección ( y consiguiente descarte) de un hijo?¿Elijo sólo lo perfecto, lo deseable? ¿Tener ojos marrones, la posibilidad de desarrollar diabetes, ser hombre o mujer , por ejemplo, puede ser motivo de condena?. ¡¿Dónde queda la acogida incondicional hacia el hijo, sea éste como sea,?


Ojalá compartáis estas reflexiones por las redes sociales.
El pensamiento crítico puede que sea la única posibilidad de derribar a Goliat y la cultura de la muerte.
Podemos cantar un poco más alto para ahogar nuestra conciencia y no oír los gritos de los que van camino del corredor de la muerte.




Comentarios

  1. Primero vi el video como has sugerido... ¡impresionante! y el post está lleno de razón.
    Gracias Angelita.
    abrazos
    Cristina M

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