Repite conmigo: MAN-ZA-NA






Los teóricos del género proclaman, en la esfera pública y siempre que se presenta la ocasión, sandeces sin cuento, insistiendo machaconamente en la preponderancia del deseo.
A fuerza de repetir, van construyendo el mensaje, que viene a ser algo así como:

"Me siento plátano.
Tengo derecho a serlo.
Trátame como lo que soy.
Olvida lo que ves. 
Eso en realidad son arquetipos culturales recibidos, de los que -por cierto-debes liberarte.
¿Qué importará el tamaño, color, la textura y forma?
No me definas ni me llames manzana.
Mi origen, misión y destino sólo lo limita el deseo y la imaginación.
Tengo derecho a ser feliz, a realizarme sin medida.
Y quiero ser plátano.
Tu juicio acerca de lo que soy, invade mi esfera de realización personal.
Ni se te ocurra atropellar tal espacio con tus prejuicios de casta, o arquetipos burgueses.
Son roles que me habéis adjudicado a fuerza de repertírmelo.
Ahora por fin, ya no me limita la forma de las cosas. 
La verdad está en mi deseo.
Yo soy  lo que quiera ser.
Y ahora soy plátano.
¡Deja de mirarme así!. 
¡Ya me has oído!"

Los apóstoles de la post verdad-  que haberlos haylos - pretenden imponerse con ideas tan alejadas de lo razonable como la de zafarse del principio de realidad.
Olvidan que las cosas son lo que son, por mucho que no me gusten o no me lo parezca. Facts First.
Perder la razón es, además de triste, ridículo.
Decir "manzana " puede convertirse en victorioso atrevimiento en el campo de batalla de las ideas.
El vídeo: inspirador e imprescindible



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