Y yo, ¿qué más puedo hacer?
Esta es una cuestión que me asalta a todas horas.
Me pongo a listar todo lo que verdaderamente puedo hacer por los demás en este confinamiento y el resultado es breve. Puedo poco, muy poco.
Esta claro que el primer cometido ineludible es atender a mi tropa y el mantener alta la moral general. Para ello es necesario llevar a cabo un ejercicio de disciplina e higiene mental consistente en gestionar adecuadamente la información del exterior. Procuro estar al día para tomar las medidas y decisiones adecuadas pero me parece innecesario e ineficaz hacer un seguimiento diario den las cifras y augurios negativos No aporta nada saberlo todo al respecto salvo incrementar la ansiedad y la preocupación. Veo poquísimos telediarios. Prefiero de tanto en cuanto asomarme a twiteer. Enough.
Por otro lado considero que, para sostener los ánimos de lo míos, es vital que el mio también esté bien arriba ¿Cómo hacerlo?No creo que descubra nada nuevo pero el mantenerme ocupada, sintiéndome útil y sirviendo-queriendo- a los mios es uno de los ingredientes principales de la formula del éxito en el confinamiento.
Por el hecho de permanecer en casa distribuyo mi jornada entre las tareas de trabajo doméstico, atención telefónica, coaching y formación on line de toda índole, ejercicio físico, tertulias familiares, entretenimiento y recogimiento espiritual.
Se me ha ocurrido - estoy en ello- iniciarme con los podcast. Considero que el entretenimiento musical, un buen programa de radio, un audiolibro, una reflexión compartida puede aliviar muchas horas de soledad a todos aquellos que pasan las horas solos en una habitación. En mi caso, la experiencia, las miles de historias que han ido surgiendo y las vivencias en el acompañamiento a mis padres enfermos de estos años, tal vez puedan ayudar a alguien durante estos días de forzoso encierro.
Y sí. Estar en activo del modo más creativo posible, funciona. Abre puertas a la esperanza, a la reinvención personal y sobre todo prueba nuestra resiliencia y capacidad de adaptación al cambio. Capacidad que, en este futuro que se nos viene, será fundamental para nosotros y para nuestros hijos!!!!
Es cierto que me gustaría ser capaz de liderar grandes iniciativas de ayuda, tomar decisiones relevantes, ayudar al sostenimiento de los enfermos y de quienes los cuidan, pero no puedo. Porque lo mío, como lo de la mayoría de nosotros, es hoy por hoy, lo pequeño. Lo que está a nuestro alcance. Aun así, es maravilloso constatar la aparición de numerosas iniciativas de personas minúsculas que arriman el hombro haciendo ese esfuerzo extra, más alla de lo que está en su mano -nunca mejor dicho- como coser mascarillas para los hospitales más cercanos (Os dejo dos de ellas- una en Madrid y otra en Barcelona- por si alguno quiere apoyar cosiendomascarillas.madrid@gmail.com y bcnup2you@gmail.com).
También puedo - podemos!- felicitar y aplaudir las medidas que, ante esta emergencia sanitaria y económica, están tomando grandes empresas como Inditex,Telefónica, Mercadona, Seat, Renault, El Corte Inglés, Naturgy, entre otras muchas. Es conmovedor ver que, detrás de estas grandes compañías, hay personas que se compadecen de los demás y actúan. Bravo por ellos. No se nos va a olvidar.
Por último, me ayuda saber que esta situación es la única solución posible, y que como escribió E.Galeano" Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo". Creo además que estas circunstancias son una oportunidad excepcional para revisar tantas cosas!: formas de hacer, de relacionarnos, estilos de vida tantas prioridades! Este nuevo paradigma y la conciencia de misión histórica es un plus motivacional para soportar mejor nuestro particular encierro.
En este sentido, las palabras que el Papa Francisco el pasado 27 de marzo dirigió al mundo entero, creyente o no, fueron muy reveladoras , dando pistas acerca de lo que esta tempestad no está descubriendo: todos somos vulnerables, todos estamos en la misma barca, " todos, llamados a remar juntos, necesitados de confortarnos mutuamente" porque todos formamos parte de la gran familia humana. Reconocer esta pertenencia y hermandad que nos define y habíamos olvidado, nos salvará.
"Este es el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de establecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor y hacia los demás"
Hoy todos somos corresponsables del gran cambio que puede suceder a nuestro alrededor . Si aprovechamos esta coyuntura, tras la prueba, no seremos los mismos: seremos mejores.
Os dejo la entrevista por video conferencia que Jordi Évole hizo al Papa el pasado 20 de marzo. Otro regalo inesperado. Maravillosa.
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