Blue Christmas

Admiro a Isabel Coixet. Una cineasta brillante, sensible, genuina. Suele decir lo que piensa, sin cálculos ni estrategias. Es de las mías, sin duda.

Hace pocos días comentaba su propósito de mantener la calma y tomar la distancia  emocional necesaria para no caer en la tristeza que le provocan estas fechas navideñas.

Dice no entender el empeño general de poner, allí donde vayas, hilo musical de peligroso contenido, del que no puedes escapar y que te recuerda lo que ya no tienes o que nunca has tenido. En concreto, lamenta la ocurrencia de Crosby de componer algo tan touching como "White Christmas". No consigue zafarse de las garras de la conmoción que le produce la mencionada melodía.

Y es que me pasa lo mismo. Pero a mi, corregido y aumentado. Con esta y muchas otras. Hasta María Carey puede alterar mi estabilidad y tocarme la fibra más profunda. "All I want for Christmas" es siempre una sacudida salvaje para mi espíritu.

El paso del tiempo, el nido vacío, las despedidas y dificultades que te regala la vida hacen que la nostalgia cobre protagonismo con este ambiente de fondo.

Y me pregunto: ¿tan mala es esa nostalgia?

Dándole vueltas al tema creo que no. En el fondo sólo es un síntoma de algo mucho más profundo: el deseo de retorno. De volver a algún momento que fue dulce, mejor, completo, como fue por ejemplo, tu infancia o, si has tenido la dicha de vivirla, la de tus hijos. 

Y sí, es cierto que, en mi caso, siento pesadumbre al no poder tener a mis hijos arrebujados, enfundados en gorro y guantes, compitiendo por cogerme de la mano mientras compartíamos juntos la magia de estos días o simplemente sostenerlos en mis brazos, confiados, tras cualquier celebración familiar.

Y cierto es, que los echo de menos. Mucho. 

Y que se me acumulan los rostros y los recuerdos con la escucha de la mayoría de los villancicos y que me rompo por dentro cuando rememoro a mi madre, sus looks brilli brilli, sus charlas y su inmejorable receta de canelones. Que se me encoje el corazón al pasar por los puestos de la boquería, que visitaba con mi padre, comprando marisco de última hora o cuando suena algo tan simple como una pandereta, su instrumento favorito. Y que "se me hace bola" pensar en tantos otros, ¡tan queridos!, que están lejos o ya no están.

Todo eso es así. Pero, al mismo tiempo, confieso que cuando consigo recogerme frente a cualquier pesebre, aparece -sorprendente e  incansable- una luz pequeñita, que me es dada, que me ayuda a continuar con la celebración hoy.

Es la luz de la esperanza que me lleva a valorar el presente perfecto que se me regala cada día y que me dice que esto no acaba así, ni aquí.

Que por inverosímil, insólito, que parezca, un Niño- que es Dios-, nacido en Belén hace más de 2000 años, puede enjugar todas estas lágrimas, y colmar cualquiera de nuestros anhelos, haciéndonos saber que no estamos solos. Que Él es uno de nosotros y  que se hace perfecto cargo de la pasta de la que estamos hechos. Que todo lo bello, lo verdadero y lo bueno perdurará y que reencontraremos esos abrazos, tan añorados y necesarios. Que aun siendo un Niño, es el Señor de la Historia y la nuestra le importa.

Creo que la diferencia entre Isabel -y otros muchos que, como ella, se ponen tristes en Navidad- y los que nos empeñamos en celebrar, radica en esa virtud, "hermana pequeña de la Fe" (como le gustaba llamarla a Peguy), que es la esperanza. 

La diferencia radica en el atrevimiento del corazón que confía - a pesar de los pesares-  en que Dios tiene la última palabra del guion y que acabará bien. Nos lo ha prometido y Él no puede engañar.

"Decid a los cobardes de corazón (por cierto, ¿quién no lo es?)-: 

Sed fuertes, no temáis. 

He aquí que nuestro Dios viene y nos salvará" (Is 35,4)

Feliz Navidad, queridísimos lectores.


Os dejo el villancico de este año. Una versión maravillosa, breve, sobria, sin adornos, pero imposible de rechazar por preciosa. Dedicada a Isabel y a todos los que se os hace cuesta arriba la Navidad.






Comentarios

  1. ¡Me ha encantado Angelita! FELIZ NAVIDAD. Un abrazo, Begoña Ferrer

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Angelita!! Me ha gustado mucho y me acuerdo mucho de tantos momentos buenos que hemos pasado juntas. Merry Merry Christmas

    ResponderEliminar
  3. Esperanzador. Efectivamente se nos van acumulando las vivencias buenas y malas, pero hay que mantener la esperanza como muy bien dices! Beso enorme y Feliz Navidad!

    ResponderEliminar
  4. Más cierto no puede ser y al final y en nuestras vidas vivimos y tratamos con nuestro amor, de vivir lo mejor que Dios nos a dado … Su amor . 💛✨🎄

    ResponderEliminar
  5. Gracias por esta preciosa y entrañable reflexión. Feliz Navidad!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares