Flipando en colores

El pasado jueves 9/10/08 leí una carta en su periódico (La Vanguardia) donde el firmante trataba de convencer al respetable de que “escritor”, en el lenguaje de la calle, es todo aquel que se dedica a garabatear con símbolos ininteligibles , eso sí muy igualitos y repetitivos, las paredes que configuran cualquier ciudad.

Se escandalizaba cuando alguien manifiesta discrepancia acerca de esa corriente estética que se propone desde estilos antisistema. Para mi, y para muchos otros tal vez algo más resignados, unas siglas de aéreosol, salvo virtuosismos muy excepcionales, son expresiones de alguien desengañado, rompedor y protestón. Pinitos pueriles que invaden nuestras calles con un dudoso lenguaje artístico plagado de mensajes amargos . Firmas vacías de compromiso y llenas de autocontemplación. Si tanto reconocimiento y respeto merecen esos talentos , tal vez sería el momento de reconocer también el arte del pintor de brocha capaz de transformar tus espacios en entornos más íntimos y propios .

Me pregunto por qué estos señores me imponen su sentido estético cuando paseo por la ciudad y por qué pago con mis impuestos las posteriores limpiezas de todo este desaguisado (Pocas veces he tenido la dicha de contemplar a los “grafiteros “limpiando el escenario de sus tropelías, por cierto ,tan suyo como mío. ..) Las plazas y vías públicas son el decorado de nuestras vidas . No adaptemos nuestra retina a lo feo o vulgar. Recuperemos el sentido estético .

Hay quien dice que el “grafiteo” es arte. Para mi arte es cualquier manifestación de la grandeza expresiva del hombre y de su capacidad de recrear la realidad. Creo que ésta es mucho mayor que el estándar actual de nuestros supuestos artistas urbanos.

Permítanme, por último, sugerir a los responsables públicos que inviertan el dinero de los contribuyentes en recursos de jardinería para las tareas de recuperación de muros y fachadas pintarrajeadas. De este modo conseguirán transformar semejantes amalgamas de mal gusto en verdaderas sinfonías cromáticas a lo largo de las distintas estaciones del año…

¡Fliparán en colores!!!
La música que me ha acompañado en este post: "Acuarela" de Toquinho

Comentarios

  1. La verdad es que no me gustan mucho los graffitis. Les reconozco el mérito (cómo no hacerlo si la que suscribe no ha pasado de dibujar con palotes) y el trabajo que supone pero lo de que la gente vaya manchando sin permiso las propiedades ajenas no me gusta. Además, como en todo, hay clases. Hay dibujos que son verdaderas obras de arte y otros no pasan de ser simples firmas, de las que sirven para que el autor se reafirme ante los demás.

    Sin embargo, en mi ciudad, Coruña, el Alcalde ha tenido muy buena idea. Existen varios muros en la ciudad que se caían de decrépitos y ofrecían una imagen muy triste. Ahora están pintados con graffitis muy vistosos, trabajados y que realmente hace que te pares y los contemples durante un rato. También se han pintado unas cajas (creo que de electricidad, no estoy segura) que había a lo largo de las calles. Una es un paquete navideño, otra es un paisaje, otra es una explosión de colores... Y, lo mejor de todo, es que en el puente de salida de la ciudad, justo donde está la fuente de Cuatro Caminos y la Iglesia de San Pedro de Mezonzo, han usado los dos muros y todas las columnas para pintar la historia de la ciudad: desde la mítica historia de Hércules, pasando por las meigas, los romanos, los franceses, la inquisición, hasta nuestros días.

    Evidentemente, se les ha pagado por hacerlo. Es un trabajo. Y espero que estas pinturas sigan limpias mucho tiempo. Aunque, realmente, no tengo mucho miedo por ellas. Curiosamente, los graffiteros, que pintan en cualquier pared sin importar lo que ensucien, jamás pintan en un graffiti de otro. Por respeto, creo. Viva la doble moral.

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