Pongamos que hablo de un tal Juan López


En alguna que otra ocasión he hablado de mi maravilloso vecindario. Además de remediar los frecuentes fallos de previsión doméstica del tipo :"me falta sal, aceite o pastillas del lavavajillas", han soportado pacientemente la poca traza con el perro y la afición de mis hijos a los petardos.
La propietaria de la casa de al lado, que entre otras muchas virtudes, acude a sus citas con puntualidad germánica, viendo los apuros que sufría para conseguir que mis hijos llegaran a la hora al colegio me ofreció, con la sencillez del que es generoso, que uno de los suyos avisara a los míos del momento en que debían salir de casa para no perder el autobús.
Llevamos casi un trimestre de curso y no ha fallado ni un solo día.

A las 8.20 llama suena el interfono y una vocecita nos recuerda que ya es la hora.
Pero ¿qué hay detrás de esa cabeza que asoma ?.
Es, llamémoslo así, Juan López. Un niño autónomo y cumplidor.
Tras él se deja ver la disciplina que ejerce para levantarse, para acostarse, los deberes hechos a su hora, un despertador que funciona, leche caliente con cola cao y el pan sobre la mesa, .

Y un poco mas allá, pero muy cerca de la personita de Juan, hay un padre y una madre que se toman en serio su tarea. Que quieren hacer la cosas cada día mejor, que tienen ilusión por aprender y se dejan ayudar, que se equivocan y rectifican .Que escuchan. Que entienden que la correción es una ayuda al prójimo. Que leen todo acerca de educación y que ha aprendido a filtrar lo verdaderamente eficaz. Que vuelven a intentarlo cuando Juan les decepciona. Que aplauden a tiempo sus méritos y que no ceden ante sus caprichos.

De otro modo hoy Juan no hubiera llamado de nuevo al interfono…

¿Y qué suele haber detrás de todo buen "Juan López"?.
Un proyecto de familia. Con luchas , luces y sombras.Con objetivos y trabajo. Sin excusas. Probablemente con planificación, lápiz y papel y me imagino también que oración para pedir ayuda cuando no se llega. Seguro habrá una historia de amor, una historia de entrega y de cotidianas alegrías. Una historia hecha de desvelos, madrugones, biberones y papillas, gastos, ,achuchones, pediatras, reuniones escolares, desilusiones, caricias, riñas, olor a limpio y servicio amable.
Pero, por encima de todo, detrás hay una acogida incondicional a la persona desnuda, sea como sea.
Esa es la esencia y la grandeza de una familia. Ese es el verdadero anclaje de todo buen Juan López.

La seriedad en el cumplimiento de la palabra dada me ha servido también para contarles a mis hijos cuántas cosas dependen y cuántas cosas manifiestan el ejercicio de las pequeñas obligaciones de cada día. Para empezar son una ayuda a la hora de elegir bien de quién se puede fiar uno.
Está claro que, del tal "Juan López " -y de su familia!- la nuestra tiene motivos suficientes para hacerlo. Gracias Juan!

Esta es la canción que me inspira el post

Comentarios

  1. Una vez leí que las buenas personas se afanan por mejorar y cuidar de los suyos, cónyuges, hijos y nietos... Aparte, existen personas excelentes que hacen su círculo aún más grande entendiendo que todos los que le rodean son tambien su familia, a la que merece la pena ayudar y mejorar. "Juan López" es el ejemplo vivo de esas personas que creen en una gran familia de familias que seguro formarán una sociedad mejor. Gracias Angeles por tus artículos tan deliciosamente escritos y con tanto fundamento. No dejaré de leerte.
    Susana Moreu

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  2. Hola Angelita!!1.
    Me ha parecido un post muy interesante!!!.
    Gracias por compartir la historuia de Juan, que seguro os va aservir de mucha ayuda en casa,
    Saludos

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