Parásitos del amor

Es verdad que este año en lugar de subir la cuesta de enero, necesitaremos escalarla.Para colmo, sorpresas de última hora como la del incremento de los impuestos.

A pesar de ello, detecto motivos para el optimismo. Por lo menos dos.

El primero: los cobradores del frac no se ponen tan ansiosos como en épocas pasadas porque saben que la cosa está muy mala para todos.

El segundo:  he podido comprobar un pequeño resurgimiento en el ámbito de los emprendedores. Empresarios que, a pesar de los augurios y pronósticos, se arremangan y se empeñan en sacar adelante lo que tengan entre manos... Sea lo que sea.
Es el caso de Ignasi y su taller de desparasitación.

Desbordada por la infestación de liendres en todas sus variantes que sufríamos en casa, decidí solicitar los servicios de su empresa "Fuig polls" (que traducido al castellano es "Largo de aquí, piojos!!") y me presenté en el local con la cabeza alta y el espíritu algo encogido debido a la incapacidad de acabar con ellos.

Siempre había conseguido controlar las epidemias, pero aquel día, dado el número indescriptible de seres  que se desplazaban  con pasmoso descaro por el cuero cabelludo de mis pequeños-y el mío propio- y  a pesar de mis gritos y amenazas, necesitaba la ayuda de un profesional.

Me abrió la puerta el propio Ignasi, licenciado en empresariales, recién casado, con un bebé a las puertas y  dedicado al negocio de la extracción . Le gustaba viajar. Era un joven capaz y preparado al que no se le caían los anillos por dedicarse a estos menesterosos menesteres. Comparte inquietudes con  los indignados del 15M pero elige trabajar como modo de construir alternativas de verdad.
Sonriente y cariñoso con los niños, se puso manos a la obra... Todo en él me sorprendió

Se aplicaba a conciencia. Con instrumental preciso pero elemental -como buen artesano, por otra parte- .
El look aséptico- trabaja con bata blanca- le da un toque de rigor y pulcritud. Una única concesión a la modernidad : aspirador con liendrera.

Mechón a mechón fue arrancando esos gorrones voladores que chupan la sangre del que se pone por delante y desgastan la buena voluntad de la mayoría de las madres, dispuestas a lo que haga falta para aliviar los insufribles picores de sus hijos. ( Por cierto, me resulta sospechosa  la madre  que jamás ha sacado piojos o  que dice no haberlos visto nunca . Tal vez sean conjeturas, pero me pregunto si  abraza poco o  si miente o  si pretende que sean otros quienes realicen la operación. Y me digo que si espera a que su marido lo haga ... (salvo honrosísimas excepciones como el caso  de Ignasi) la epidemia se extenderá sin remedio por su hogar y el de sus amigos).

Mi ignorancia bio-dermatológica me hacia creer que eso de los piojos, era cosa de la edad o la frecuencia de lavados..El desparasitador me aclara que no es un problema de higiene o de calidad del cabello .El quid de la cuestión se situa en la proximidad de las cabezas de los afectados .
O sea que todo pasa por acercarse o/y  achuchar a tus hijos demasiado..

Otro motivo pues  para el optimismo para superar esta cuesta de enero.. Está claro que  en mi casa
¡¡ nos queremos muchísimo!!

Alguna vez he dicho que si fallaba toda opción profesional acorde con mi formación universitaria,  dada las horas de experiencia que acumulo, podría dedicarme a este tipo de labores de extinción.
Las  buenas ideas hay que implementarlas en seguida. De lo contrario, siempre hay alguien que se adelanta. Y siempre hay quien lo hace mejor que tú.

Bravo Ignasi por la iniciativa.


Nota del editor: Todos los derechos de la foto están absolutamente reservados ...( la paciente podría sentirse algo abrumada si descubre el uso fraudulento de la misma)

Esta es mi propuesta visual de hoy... "Bichos", una película altamente recomendable donde se utilizan todo tipo de técnicas exterminadoras..