La verdad de la naranja
Hay personas con las que es fácil atreverse a abordar las grandes preguntas. Siempre tienen, como a punto, respuestas clarividentes y muy plásticas, que ayudan a entender el fondo último de las cosas.
Una de las expertas en el arte de simplicar la complejidad es mi amiga Luisa. (¿No es eso acaso lo que hacen los grandes filósofos?)
Nuestra última conversación fue toda toda una lección es este sentido. "El hombre de hoy- decía - requiere reconocer cuanto antes qué es una naranja.. No qué quiero que sea, ni qué me parece o qué siento que me transmite...".Ya lo decía Platón:"Busca la verdad mientras eres joven, pues si no lo haces, después se te escapará de las manos".
Al llegar a cierta madurez, debemos haber aprendido a analizar la realidad sin paliativos. A ser salvajemente sinceros.
De lo contrario necesitaremos elaborar - y creer- la propia película. Comenzarán entonces las complicaciones y los líos innecesarios en las relaciones con los demás. Inventaremos ingenuas explicaciones (por no llamarlas de otro modo) y que pretenderán convencer a los de enfrente de que tal versión es la que vale, sin atenernos a lo que los hechos indican...La credibilidad decrecerá cada vez más entre los que nos rodean, cuando estos últimos perciban que -por no reconocer las cosas como son- las interpretamos de modo subjetivo y rocambolesco pretendiendo, además, eludir (¡así de fácilmente!) la responsabilidad en el asunto.
Tales autoengaños son detonantes de las crisis, de los matrimonios rotos, de enfrentamientos enquistados entre padres e hijos, de sociedades divididas , de malentendidos, de discordias y de guerras.
Todo por no haber cultivado a tiempo (-¡Cuánto pesa y urge, la tarea de educar a los hijos como personas cabales....!-) el elemental sentido de la realidad. Por no haber practicado el reconocimiento de que no siempre llevamos razón, la asunción de las repercusiones de tirar la piedra ( y esconder la mano ), la humildad de admitir que no siempre estamos dispuestos a la rectitud y la relajante constatación de que somos igual de vulnerables que el resto.
Dicen que las "palabras se las lleva el viento". Sin embargo, aun siendo livianas y volátiles, éstas han sido capaces de construir o derribar muros por el camino, de herir de muerte o recuperar lo que parecía perdido.( Por lo visto el universo recoge reminiscencias sonoras de cada una de las ondas emitidas desde que el mundo es mundo... Me imagino que en la dimensión desconocida habrá un registro de esas dialécticas flotantes).
Igual que las palabras, también cuentan los gestos, las pequeñas elecciones. Esas minúsculas acciones escriben una gesta... La nuestra y la del resto. Tejemos el tapiz de nuestras vidas con nuestras omisiones, aciertos y tropiezos.Vamos dejando rastro.Tal vez sea una obviedad pero muchos parecen olvidarlo...
No escaparemos. Las consecuencias -ya oscuras o brillantes- vendrán a buscarnos, tal vez transformadas, pero inevitablemente retornarán. Es imposible hacerse el tonto. El tiempo y los distintos avatares que la existencia nos depare, colocarán a cada uno en su sitio.
El que siembra vientos, recoge tempestades...aunque diga que no pretendía hacerlo o que sólo pasaba por ahí, o que nunca imaginó la deriva que alcanzarían los acontecimientos.
Atenernos a la realidad es, curiosamente, también el punto de partida imprescindible para empezar a reconstruir de nuevo cualquier panorama, por devastado que se muestre. Con este propósito, probablemente, necesitemos mirar hacia atrás. Entonces la historia no será lo que digamos que haya sido. Será lo que es. Como la naranja, por más que queramos llamarla pera.
Esta es la canción que me inspira el post : "Todo se transforma"... ¿Cómo es posible concentrar en unos acordes tanta verdad y belleza? Jorge Drexler...Inmejorable,
La verdad se enfrenta a nuestros miedos e inseguridades constantemente. Es tan complejo identificar la verdad como aprender a hablar de ella, o tan dificil como saber superar esos miedos e inseguridades que casi todos llevamos y a veces no somos capaces de identificar hasta no verlos con distancia. Y no es menos dificil saber escuchar esas verdades de un tercero sin juicios de valor para evitar esos malentendidos que surgen al ver esa naranja desde distintas opticas, y asi poder entender y comprender nuestra realidad y la de los que nos acompañan, que a veces se parecen, pero no siempre coinciden. Madurar....a que edad ocurre eso?
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el post, como siempre, me hace pensar!