¡Viva la madre que te parió!

No voy a esperar. Lo cuelgo ahora mismo. Marta podría ser mi hija. La abrazaría. Qué fuerza y qué ternura. Hacía mucho tiempo que no me emocionaba tanto. Regálate 8 minutos.Merece la pena visualizarlo hasta el final. Permíteme sugerir que lo compartas hoy con tus hijos. Una lección magistral adolescente. Bravo valiente. Gracias por tu testimonio y ¡viva la madre que te parió!

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