Atreverse a pensar



El otro día leí algo acerca de la necesidad de tomarse la molestia de pensar . Me gustó y he decidido concederle un hueco en mi blog. Lleva por título “Cada hombre es un filósofo”. Y lo firma la alemana Jutta Bruggaff (Filósofa, pedagoga y teóloga) . Recojo la dosis que considero adecuada a la temporada otoñal, tan propicia- por cierto- para la contemplación.

“Atreverse a ser, a ejercer, de filósofo, es arriesgado. Suele significar vivir como un inconformista, a veces como un marginado, y puede ser considerado como un loco. A la vez, el pensador está lleno de añoranza por la verdad. Su meta es captar los fundamentos de la existencia, y sabe que sólo lo conseguirá de manera muy imperfecta, aunque su esfuerzo sea muy grande. No es tanto una persona que ha conseguido con éxito elaborarse un concepto del mundo bien redondeado; es más bien alguien que está ocupado en conservar viva cierta pregunta, la que se refiere al último porqué del todo de la realidad.

La filosofía es un don y una tarea para cualquiera. No está reservada a los especialistas. Por consiguiente, tendría que ser lo más normal del mundo comenzar conversaciones filosóficas, no sólo en la Universidad, sino también en las calles, durante una sobremesa y en pleno centro de la ciudad con una taza de café o una copa en la mano.

Al fin, nos pueden animar las palabras de un autor contemporáneo: Quien jamás tuvo un ataque filosófico, pasa por la vida como si estuviera encerrado en una cárcel: encerrado por prejuicios, las opiniones de su época y de su nación. Quien no piensa por su propia cuenta, no es libre”

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