La éstetica de la tolerancia
No me gusta hacer leña del árbol caído pero me resulta imposible no entrar al trapo : desde hace un par de semanas, en Internet, las túnicas góticas cotizan al alza.
Hay quien tras ver las fotografías de los Sres. Zapatero y sus hijas en las Naciones Unidas, sacó pecho y dijo que era propio de la edad adolescente manifestar conductas transgresoras y que no éramos nadie para opinar sobre cómo se viste uno en la intimidad.
Cierto es. Pero cierto es también que la controversia la protagonizó la única familia que hoy por hoy vive y duerme en la Moncloa y que, gracias al bolsillo de millones de españoles, se desplaza en aviones oficiales allende los mares.
No era una cuestión de Estado, no ; más bien fue una cuestión de cargo…y ya se sabe que “los cargos son cargas”.
Presentarse en plan “Casual vampiresco” además de ser poco elegante , era poco oportuno dada la proximidad en el calendario de la celebración de Hallowen… ¿Quién podía asegurar que las niñas no se había enfundado un disfraz al uso?.
Si no hubo Ministro de exteriores o similar que osara sugerir un cambio de estilo, se abren numerosas hipótesis sobre lo que ocurrió antes de la recepción.
Hipótesis A:
Que las niñitas se empeñaran en mantenerse estoicas a sus principios grupales: ”Somos góticas, por encima de todo” .
En aquel momento convendría haberles recordado que, ya que acompañaban al presidente de un país a encontrarse con otro (fuera éste quien fuera), los criterios y costumbres de quien los recibía primaban por encima de sus preferencias estéticas propias.
Hipótesis B
Que los padres hubieran negociado y que la estampa que vimos fuera el resultado de su capacidad de conciliar posiciones contrapuestas.
¿Fue esta la mejor “solución de indumentaria” que consiguieron encontrar para satisfacer las exigencias de sus persistentes púberes y las del resto de los representados (un número no despreciable de españoles)?.
Hipótesis C
Que a pesar de los numerosos intentos de la madre, del Ministro y del resto del séquito , las niñas se hubieran llevado el gato al agua. Pudo entonces el Presidente, como padre de las criaturas, haber hecho una excepcional demostración de fuerza a la desesperada, del tipo : “Así no sales a la calle” , o tal vez, “Así no te vienes a las Naciones Unidas”, o simplemente “Así no sales en la foto”.
No lo hizo. Y es que a falta de quien lleve los pantalones en casa, buenas son las túnicas…
Hipótesis D ( El peor de los escenarios)
Que sonrieran, con complicidad revolucionaria, ante la actitud rebelde de sus chicas presentándose de aquel modo en la Meca del Capitalismo.
Que a Zapatero le hubieran gustado las botas y que a su Señora le pareciera “ideal de la muerte” la peculiar mantilla negra con la que se habían envuelto las niñas aquella mañana.
”No queremos encorsetar a nuestras hijas”-.
Os entiendo bien porque yo también soy madre de adolescentes. Pero ese talante tolerante, tan vuestro, os va a echar a perder, queridos José Luis y Sonsoles, … La ética de la tolerancia tiene un límite : lo estéticamente sostenible.
“Nulla ethica sine estética”.
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