Necesitamos héroes

La reconocida Dra Meeker en su libro “Padres fuertes, hijas felices” (Ed. Ciudadela) afirma:

“Hombres , hombre buenos: los necesitamos. Nosotras –las madres , hijas y hermanas-necesitamos su ayuda para criar saludablemente a nuestras jóvenes. Necesitamos cada gramo de valor y de la inteligencia masculina que poseen, porque ustedes , padres, en mayor media que cualquier otra persona, son los que marcan el curso de la vida de nuestras hijas.
Su hija necesita lo mejor que hay en usted, su fortaleza, su valor, su inteligencia y su audacia. Necesita también su empatía, firmeza y autoconfianza . Ella le necesita.

Se asustaría o se sentiría abrumado-tal vez las dos cosas- si llegara comprender cuán profundamente influye sobre la vida de su hija . Ni los novios, los hermanos, o incluso los maridos pueden modelar su carácter de la manera que usted lo hace. Influirá en toda su vida, porque ella le concede una autoridad que no puede darle a ningún otro hombre”

Otro profesional de primera línea, James Stenson, dice en “Cómo tratar a los adolescentes” (Ed. Edu.com):

“Muchos hombres piensan que cumplen adecuadamente su papel de padres proporcionando un ambiente agradable y confortable a su familia y compartiéndolo con ella. Están equivocados. Y, desafortunadamente, no suelen descubrir su equivocación hasta que sus hijos están en el Instituto o incluso más tarde, cuando ya han crecido y se han ido de casas.

Cuando los hijos crecen sin sentir estima , sin valorar los puntos fuertes de sus padres, acaban mostrando un desarrollo moral débil. Y al llegar a la edad adulta se encuentran, en cierto modo, desequilibrados : inmaduros, irresolutos, centrados en si mismos, irreligiosos, preocupados por pasarlo bien y por el ocio. Aunque puede que hayan adquirido destrezas profesionales y un salario respetable, sus vidas personales permanecen inquietas e infelices. Tienen un 50% de posibilidades de acabar divorciados. Y buscan, a veces desesperadamente , ayuda profesional, a ver si encuentran en otra parte la orientación paternal que nunca han conocido.

La historia demuestra que los hijos no necesitan un ambiente lleno de confort y de comodidad que muchos padres les ofrecen. Lo que realmente necesitan, como una necesidad normal y natural, es ver en sus padres un ejemplo vivo de lo que es un hombre, con su carácter y su conciencia. Un padre que les enseñe cómo vivir esas virtudes que tanto estimamos en los demás. Los hijos necesitan sentir, de modo callado e inconsciente, que sus padres son héroes.”