Tachar de la lista


Alguien me comentó una vez que una madre es una mujer a la que no se le acaban nunca los recados.
Antes de que muchas de nosotras nos lanzáramos a la conquista de los despachos, me imagino que era más fácil la resolución de esas pequeñeces pero ahora que repartimos nuestros minutos entre la oficina y la casa, nuestra disponibilidad horaria se acorta y las listas de cosas por hacer van traspapelándose semana a semana.
El modo de resolver la escasez de tiempo es caminar deprisa, planificar nuestros desplazamientos con precisión y utilizar los medios de la red para intentar atender las necesidades de nuestro hogar
Estamos convencidas que gestionar bien el tiempo es una forma concreta, palpable, de querer. Tachar algo de las lista produce una satisfacción reparadora y reconfortante. De misión cumplida .
Hoy las mujeres parecemos programadas para resolver lo que se nos ponga por delante. Por esos tratamos de estirar las horas.
Y pasa lo que pasa: ya que hemos salido a visitar el pediatra compramos la libreta de música del pequeño, y aprovechamos que todavía son las 19.30 para recoger las botas del zapatero . Llegaremos un poco más tarde cambiaré la chaqueta del bebé porque caduca el vale. Los niños tiene hambre y se han puesto pesadísimos. En el parabrisas del coche luce una multa por superar el tiempo permitido en la zona donde había aparcado. No tenemos huevos para la tortilla de esta noche. Finalmente en casa , caemos extenuadas pero dispuestas a volverlo a hacer si es necesario .

Mientras transitamos agitadas por todas partes, esos seres minúsculos que nos rodean, observan sin juzgar. Su extrañeza nos interpela y es entonces es cuando nos cuestionamos para qué tanta prisa, o -mucho más difícil de encajar- para quién?
Nos cuesta admitir que no podemos llegar a todo. Que no hemos de llegar a todo.
Todas sabemos que sacar partido al tiempo es un modo de manifestar el desvelo por los nuestros. Pero demasiadas veces olvidamos que querer también significa no hacer, escuchar, detenerse, mirar, descansar o , simplemente, estar.

No estamos dejando por el camino lo más esencial : disfrutar del regalo de vivir con conciencia y paladeando la compañía de otro.

Renunciemos a acabar la lista. Tal vez mañana…..Vale la pena. Hay quien espera que lleguemos pronto, porque lo que verdaderamente les hace felices es nuestra compañía, sin más.

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