EL valioso tiempo de los maduros


A pesar de los serios problemas que he tenido siempre con la aritmética y las matemáticas , hace ya unos cuantos años, me matriculé en un "máster del universo", uno de esos donde abundan la autosuficiencia, los yuppies y las moquetas confortables.
Era una chica de letras que, equivocando la dirección profesional, se había empeñado en aprender algo de contabilidad y finanzas. Altamente improbable y ciertamente difícil.
Un sentido de la dignidad elemental me empujaba a continuar en el empeño, pero la capacidad numérica de la que adolecía golpeaba mi orgullo una y otra vez .
Hubo entonces alguien que se compadeció.Un compañero economista, de aspecto calculador y modos irónicos se ofreció a ayudarme.
Lo hizo con paciencia y esmero casi monacal. Quitando importancia al hecho vergonzante de que " la menda" ignoraba la elemental regla de tres.
En ese momento hubiera entendido, incluso, la ironía. "Pero, ¿cómo es posible que no recuerdes...? "
Y - ahi viene lo bueno -nunca mostró condescendencia. Pasó por alto la "pequeña" laguna intelectual de una supuesta universitaria, para empezar con la lección desde el principio.

Hoy vuelve a sorprenderme con el mail que me envía.
Dice mucho de lo que hay detrás de esa fachada de impertérrito bussines man.
Gracias Salva.


“Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo
para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas:
las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió
que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables,
donde se discuten estatutos, normas, procedimientos
y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas
que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar
a los más capaces, para apropiarse de sus lugares,
talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera
la lucha por un majestuoso cargo.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.

Quiero la esencia, mi alma tiene prisa….
Sin muchas golosinas en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades..
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad
y la honradez.

Lo esencial es lo que hace
que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente,
que sepa tocar el corazón de las personas….
Gente a quien los golpes duros de la vida,
le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.

Sí…. tengo prisa… por vivir con la intensidad,
que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas
que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitas,
que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz
con mis seres queridos y con mi conciencia.

Espero que la tuya sea la misma,
porque de cualquier manera llegarás..”

Mario de Andrade



Esta es la canción que acompaña el post

Comentarios

  1. siempre me gusta lo que escribes ,y la música que te inspira me transporta a mi juventud.gracias

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