¡Qué no se nos vaya de las manos!

Mi madre me ha dicho que somos demasiado jóvenes .. Ella también lo era en el 34. Todavía recuerda las consignas que sonaban entonces en la calle "Mor  en Cambó i Visca en Companys...". Los ojos  y oídos de una niña de 7 años presenciaron la fuerza violenta de la masa envalentonada. Lo que  empezó con desconfianza entre vecinos y conocidos- cuenta con tristeza-, acabó convirtiéndose en traición y lucha fratricida. El caldo de cultivo del descontento, la inestabilidad política y el resentimiento social era el idóneo  para que la situación se fuera de madre.

Parece no hemos aprendido. Está claro que no se puede ignorar una realidad que incomoda. Hacer callar y mirar hacia otro lado. Los catalanes no nos sentimos reconocidos ni valorados. La diferencia y la diversidad no se está gestionando con  la prudencia y  el respeto debido.

Sin embargo tampoco el pueblo catalán puede olvidar que nuestra fuerza y riqueza se ha construido con apellidos con "ny"  y "eñe".
¿De quién es Cataluña? De unos y otros. Pagesos, senyors y charnegos de toda procedencia.

Tal vez nos hayamos ganado el rechazo del resto de los españoles y tal vez no se nos haya tratado con equidad y justicia. Creo que ambos extremos son ciertos.
Dos actitudes difícilmente conciliables: susceptibilidad y arrogancia. Por el bien de todos, ambas posturas deben bajarse del burro.
Alimentar la confrontación por parte de unos y otros me parece una posición muy arriesgada. Irresponsable. Hay que sentarse a dialogar antes de que sea demasiado tarde.

¡Qué no se nos vaya de las manos!.
Quien siembra vientos, recoge tempestades.

Me gusta el doble sentido comercial del anuncio. Muy aplicable al caso.
"Don´t Fight. Switch. "